Por: Laura Benítez
Foto: La Calle Es Nuestra
Ayer en Envigado sucedió algo que anteriormente no pasaba, muchas mujeres se reunieron para luchar por sus derechos, por ser respetadas, gritaron fuertemente ESTAMOS HARTAS y se convirtieron en una voz para aquellas que han sido acosadas, abusadas en las calles de este municipio. Se trata del movimiento “La Calle es Nuestra”, quienes preocupadas por los casos que conocían de mujeres que eran violentadas en el espacio público, decidieron tomar la iniciativa y manifestarse.
“Estábamos cansadas de ser espectadoras pasivas y de ver cómo casos de violencia contra las mujeres en el espacio público se están volviendo parte del paisaje” Nos cuenta Valeria Mira, integrante del movimiento. “Frecuentemente recibíamos noticias de mujeres que habían sido agredidas, muchas de nosotras también lo hemos sido y como contamos nuestras historias nos volvimos destinatarias de muchos casos que por miedo no son denunciados ante las autoridades o que aún siendo denunciados no son tramitados correctamente y las mujeres quedan desprotegidas. Por eso decidimos juntarnos para hacer visible este problema, para que la ciudadanía y las autoridades se den cuenta de la magnitud del asunto”.
Es muy preocupante esta situación no solo porque las cifras que se publican son desastrosas, según El Tiempo, el 99,9% de las mujeres en el Centro de Medellín han sido acosadas sexualmente, sino porque vemos una normalización constante en la sociedad sobre esto, me duele horriblemente cuando escucho a mujeres diciendo que “las que se quejan de los piropos es porque son feas y nadie les quiere decir nada” sumándole a esto que muchas veces las autoridades no toman medidas y nos “recomiendan” no salir solas, vestirnos de manera recatada y no denunciar porque qué susto. (o sea, WTF)
Le preguntamos a Valeria si era posible decir que las autoridades estaban diciendo lo suficiente para cuidarnos y nos dijo: “No. Las autoridades tienen una deuda con las mujeres, la sociedad tiene una gran deuda con nosotras. Las autoridades son el reflejo de una sociedad machista, que desestima las denuncias de las mujeres, que no le da el valor suficiente a nuestras palabras, que considera que somos unas exageradas por exigir que los actos de acoso y abuso se traten con rigurosidad. Lo triste es que existen normas, protocolos, guías, pero en la mayoría de los casos no son aplicados. La atención en casos de violencia sexual es muy sesgada, las mujeres pobres y de zonas apartadas tienen muchos obstáculos para acceder a la justicia. En un contexto así no es sorprendente que no quieran denunciar porque saben que no van a encontrar una respuesta favorable de quienes se supone que deben protegerlas”.
Al primer encuentro de La Calle Es Nuestra asistieron 80 personas en El Salado, un parque ecológico que está a 5 kms de Envigado y donde hace poco abusaron sexualmente de una mujer. Era el espacio perfecto para rechazar no sólo este hecho, sino el de miles de mujeres que han sido violentadas en las calles.
Pero para exigir que la calle sea nuestra no basta solo con una actividad, hay seguir propiciando espacios para la visibilidad de estos actos y para buscar mayor atención de las autoridades, “además de llevar esta conversación al espacio público con manifestaciones como las del Salado, queremos incidir en la toma de decisiones de las autoridades llamadas a combatir la violencia contra las mujeres. Queremos que nos digan qué están haciendo, cuánto presupuesto están invirtiendo y cómo lo están haciendo, queremos que las rutas de atención sean claras, que todas las mujeres puedan tener acceso a ellas y sobre todo, queremos cuestionar las conductas que favorecen la reproducción de la violencia: ¿por qué la culpa siempre recae sobre nosotras? ¿por qué nos preguntan que qué estábamos haciendo solas en ese lugar? La pregunta debe ser por qué no podemos estar solas ahí, por qué seguimos protegiendo a los agresores en vez de proteger a las mujeres” afirma Valeria.
Para conocer más de este poderoso movimiento, pueden seguirlo en instagram @lacallenuestra_