Hoy me siento atrapada, sin salida, me debato entre el deber ser, la moral y el querer hacerlo.
Estoy separada, tengo un niño de 5 años, nunca he convivido con el papá de mi hijo y tuve un novio hace muchos años, antes del papá de mi hijo, con el que duramos algo más de 7 años. Actualmente tengo novio. El papá de mi hijo no tiene nada que ver con esta historia, así que solo somos tres personajes, [mi novio], [mi ex], con quien duré 7 años y yo.
A mi novio actual lo llamaremos, mi novio, a mi ex de los 7 años lo llamaremos: 7 años
Resulta que no tengo una buena relación con el papá de mi hijo, así que lo que le brinda a mi hijo y quien asume la mayoría de gastos soy yo. Ya se hizo demanda de alimentos y demás, pero este señor se las ingenia para no cumplir: se hace despedir de los trabajos para evadir sus responsabilidades. En fin, ese es otro cuento.
Con esta situación y con el ritmo de vida al que estoy acostumbrada, me ha ido bien. Trabajo, soy madre cabeza de familia, cumplo con mis obligaciones, me doy mis gustos hasta donde puedo, pero teniendo en cuenta lo que conté antes, me he metido en deudas que ahora no sé cómo pagar. Mi sueldo no alcanza para cubrir todo. Mi novio, con quien estoy hace 9 meses, conoce mi situación pero no mis deudas, y yo prefiero mantenerlo al margen de todo esto.
[Mi ex] conoce mi vida al derecho y al revés, sabe qué me gusta y qué no, en qué apuros estoy y cómo me muevo. También conoce mis deudas, que entre tarjetas de crédito y préstamos, sin contar con mis obligaciones personales para mi manutención y la de mi hijo, suman aproximadamente 70 millones de pesos. Mi salario no es muy alto, estoy buscando cambiar de trabajo para poder resolver mis problemas financieros, pero el mercado profesional no está fácil. Yo he sido juiciosa, soy dedicada y buena novia, y mi larga relación con [mi ex], hace que aún estemos en contacto pese a que sabe que tengo novio, y a que, por supuesto, él tiene novia.
Aquí está el dilema: hace unos días [mi ex] me saludó por chat. Lo saludé y me preguntó qué problema tenía, me contó que había soñado toda la noche conmigo y que había tenido pesadillas horribles. Aclaro que no hablamos a diario, no sé mucho de su vida ni de su nueva novia ni él de la mía, solo nos saludamos de vez en cuando y queremos siempre que el otro esté bien en todos los aspectos de la vida. Le dije: “Estoy bien, no sé por qué soñaste eso”. Me dijo: “No sé, pero creo que hay una conexión entre los dos por tanto tiempo juntos, y quiero saber si te puedo ayudar en algo”. [Mi ex] es un hombre con mucho dinero que gana 6 o 7 veces más que yo, y además no tiene hijos ni esposa, entonces tiene mucho poder adquisitivo. Me desahogué y le dije: “¿Sabes qué? Sí tengo un problema, tengo muchas deudas que han ido creciendo”. Entre una conversación y otra le expliqué cuánto debía. Obviamente me regañó de buena manera. Me dijo que debía salir de esas deudas cuanto antes y que él estaba dispuesto a ayudarme. Ante esto le pregunté cómo pensaba ayudarme y me dijo que él pagaría mis deudas. Le pregunté si iba a pagar 70 millones, y me dijo que sí, que me quería ayudar.
Después de un tiempo le dije que no, que me ayudara entonces con la mitad y que yo asumía el resto como venía haciendo. [Mi ex] aceptó y pensé que la cosa se había quedado así porque me dijo que iba a tramitar un crédito, lo que no creí porque él seguramente tiene el dinero. Unos 5 días después [mi ex] me dijo que el crédito estaba aprobado. Yo no entendía, pero pagar la mitad de la deuda me implicaba dejar de pagar más o menos un millón mensual, así que me preguntaba a cambio de qué sería. Se lo pregunté y me dijo que estaba agradecido por lo mucho que le había enseñado. Le pregunté si podía ayudarle con algo del trabajo entonces, porque sentía que tenía que devolverle el favor. Me dijo que sí había algo que podía hacer por él. Cuando le pregunté qué, me dijo que quería un favor sexual que no implicaba que nos tocáramos, solo vernos. Yo, aterrada, le pregunté que si entonces un video y me dijo que no, que en vivo. Mis neuronas arrancaron a mil y me pregunté cuántas veces tendría que hacerlo para saldar esa cantidad de plata.
En este momento se me prendió la moral, no tan moral: [mi novio] no es el ser más sexual, pueden pasar 15 o 20 días sin que pase nada entre los dos, y tampoco es el mejor sexo de mi vida. Sí lo quiero mucho y se ha convertido en alguien importante para mí en estos 9 meses. Por otro lado, [mi ex] me conoce muchísimo, no está interesado en mí, me pide que tenga cuidado con que nadie lea nuestras conversaciones y él también es cuidadoso.
Le pregunté cuántas veces tendría que hacerlo. Me dijo: “Las que tú quieras, yo no te voy a tocar ni va a pasar nada entre nosotros, te lo aseguro. Es cuestión de una hora, solo me gusta ver”. Tengo mucho miedo por entrar en un juego sexual que no pueda manejar. Por otro lado, él ha sido el mejor sexo de mi vida, nos entendíamos a la perfección y entre nosotros había una creatividad, sensualidad y seducción que no son comunes en todas las parejas.
Estoy muy asustada pero también siento que no tengo mucho qué perder pero sí qué ganar, porque sería un gran alivio económico. Ya sé de sobra que el cuerpo se lava, pero la conciencia no. El diablo en mi cabeza me dice que lo haga, que no importa, que ya nos conocemos sexualmente y que él dice que solo quiere ver. El ángel me pregunta cómo voy a ser capaz de mirar a mi novio después, así no pase nada más allá de que me vea. Por un lado sentiría que le estoy vendiendo mi alma al diablo porque sería un poco prepago aunque con alguien conocido. Por el otro me gustaría sentirme más liviana en gastos.
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