No sé ustedes, pero en mi caso me siento completamente feliz al ver que hoy en día vivimos en un mundo en el que existan opciones diferentes para las mujeres, para sus cuerpos y sus decisiones. Hay un aspecto de mi vida en el que hasta hace relativamente poco sentía que no había muchas opciones: la menstruación. Yo no sabía muy bien qué implicaba salvo el hecho de que iba a sangrar una vez al mes, de que tenía que ver con tener un sistema sano y normal, y que lo peor que podía pasarme en la vida era tener un “accidente” en público. Pasé toda mi adolescencia y una parte de mi adultez usando las opciones que había en el momento, sin acomodarme del todo a ninguna. En un momento se me apareció la copa, el cáliz sagrado de silicona que iba a reemplazar para siempre los tampones y las toallas. Pero para serles muy sincera, aunque la ensayé por bastante tiempo, no logré acomodarme del todo, después empecé a notar que no era la única, habían muchas mujeres que no habían podido acomodarse como yo y esto me hizo darme cuenta de que no hay una solución universal. Pasó muy poco tiempo antes de que se me volviera a aparecer la solución: los panties para la menstruación, específicamente los Íntima Wear de Nosotras.
Cuando llegaron y los destapé, pensé emocionada por primera vez en muchos años en cuántos días me faltaban para que me llegara el periodo. Eran panties normales excepto por el hecho de tener un refuerzo en el centro que al tacto se sintió muy…responsable. Por lo demás, no habría podido diferenciarlos de cualquier otro par en mi cajón. Cuando finalmente llegó el día, me los puse y básicamente me olvidé de ellos. Unas horas después recordé que los tenía puestos y pensé que genuinamente no se sienten muy diferentes de tener ropa interior normal. Dormí con ellos y al día siguiente, cero accidentes. Ninguna novedad. La lavada fue igual al resto de mi ropa interior, salvo una enjuagada previa en la ducha para retirar el exceso de sangre que no me tomó más de dos minutos. Eso sí, no creo que los usaría con jeans pegados o con alguna prenda que se marcara porque probablemente se notaría el refuerzo. No esperaba que una opción que para mí era tan nueva le trajera tanta normalidad a mi vida en unos días en los que hasta la existencia misma incomoda. A pesar de que se recomiendan para flujo de leve a moderado, se calcula que pueden absorber el equivalente de dos toallas invisibles y honestamente se enfrentaron muy dignamente con mi flujo, comparable solo con el ascensor de The Shining.
Estuve conversando con amigas que estaban ensayando esta alternativa y la conclusión fue la misma: una grata sorpresa, cero olores, cero sensaciones, como si nada. Después de la forma en la que la copa cambió mi forma de abordar “la visita mensual”, no pensé que pudiera llegar algo que la cambiara de nuevo, pero pasó. No voy a evangelizar y a decir que los Íntima Wear son una solución universal porque me queda claro que cada menstruación es un mundo y cada cuerpo es diferente, pero celebro que existan nuevas opciones que definitivamente nos llevan por el camino de lograr que la experiencia del periodo sea cada vez más cómoda, sostenible y accesible.
Si les interesa, pueden encontrarlos en tiendanosotras.com.